A mediados del 2022 la industria de la maquinaria agrícola crecía, tanto en producción, incorporación de personal e inversión en tecnología. Las fábricas trabajaban al 100% de su capacidad instalada. El problema eran las trabas para importar insumos necesarios para aumentar su productividad.
“Ahora para esta industria la situación es crítica”, afirmó en Ser Industria Radio, el presidente de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (CAFMA), Enrique Bertini. “El sector no tiene las ventas necesarias para sostener las empresas”, agregó y detalló que la comercialización cayó entre un 20 y 30%.
La sequía que vivió el campo argentino durante el 2023, impactó directamente a los fabricantes, dado que existe un vínculo directo con el productor agropecuario. “Vienen de un año para el olvido, donde los balances fueron negativos”, indicó Bertini y manifestó que en muchos casos ”los productores no cuentan con los requisitos para que los bancos le concedan crédito para comprar maquinaria”.
Apertura indiscriminada
A criterio de Bertini, la política económica que lleva a cabo el gobierno de Javier Milei, tiene similitudes con las aplicadas durante la presidencia de Carlos Menem o por Martínez de Hoz en su gestión como ministro de Economía entre 1976 y 1981. Señaló que después de varios años de una “economía cerrada” se pasó a una “apertura indiscriminada de importaciones”.
“Nosotros pagamos insumos más caros, impuestos más caros, estamos claramente en inferiores condiciones de competitividad con el resto del mundo. Tenemos que apoyar lo que el pueblo votó, pero tampoco nos vamos a quedar callados sobre las cosas que no estamos de acuerdo”, indicó el presidente de CAFMA.
Este marco ya impacta en los puestos de trabajo que genera la industria que emplea a 40 mil personas, aproximadamente. “Uno trata de cuidar a su plantel de gente productiva, pero ya estamos en proceso de suspensión, dependiendo de la necesidad de ahorro de cada empresa. Se han sacado los operarios temporales. Al no haber ventas es imposible pagar sueldos”.
La situación que atraviesa el sector, ya fue transmitida por las autoridades de CAFMA al gobierno nacional. La respuesta que obtuvieron es que las medidas económicas están “solamente encausadas en el déficit fiscal“.
“El RIGI es nefasto”
“Estamos de acuerdo con el ordenamiento de la macro, pero pedimos que se discuta la micro, de qué manera hacemos crecer la economía. No hay un plan, ni siquiera esbozado. Es más, tenemos serios indicios de que la situación va a empeorar”. Al respecto, señaló que el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI), que obtuvo media sanción en Diputados, “es nefasto para el país y para las industrias PyMEs”.
Agregó que “no existe ningún renglón en el que el Gobierno diga tenemos un plan industrial o una idea para el desarrollo de la industria en general o en particular”. Las empresas de maquinaria agrícola argentina han exportado a diversos países a lo largo de la historia.
Sin embargo, según detalló Bertini, debido a que se trata de un bien de capital que requiere insumos y conlleva costos de fabricación e internacionalización, un proceso que demanda no menos de entre seis meses y un año, es fundamental contar con un mercado interno que respalde y sustente la actividad.
“Eso es lo que en los libros que estudia la gente que hoy está llevando adelante tareas gubernamentales, no está escrito. La realidad dice que si no tengo un mercado interno que me sostenga, es poco probable que se alcancen grandes beneficios o mercados en el exterior”, aseguró.
El empresario puso como ejemplo a Brasil, que “ha hecho las cosas prolijamente durante tantos años. Hoy nos invade con productos tecnológicamente más avanzados y con costos menores. No hay nada que inventar, no hay que buscar ninguna bibliografía internacional que nos diga qué hacer. Lo que necesitamos solamente es un plan industrial”.
Oportunidad perdida
En medio de un panorama desalentador para la industria nacional, la ley para la
Maquinaria Agrícola, un proyecto que se venía trabajando desde hace varios años,
lamentablemente perdió estado parlamentario. La iniciativa, que buscaba
declarar a la maquinaria agrícola como algo estratégico a nivel nacional, era una
esperanza para impulsar una política industrial.
La propuesta tenía como objetivo principal visibilizar y apoyar a las empresas dedicadas a la fabricación de maquinaria agrícola nacional. Pretendía otorgarles beneficios financieros que les permitieran competir en igualdad de condiciones con las empresas extranjeras. Sin embargo, la falta de acción legislativa ha dejado a estas empresas en una situación de desventaja, incapaces de desarrollarse plenamente.
La ley también buscaba favorecer a aquellas empresas que utilizan en su mayoría materias primas locales en la fabricación de sus productos. En la actualidad, la falta de distinción entre maquinaria nacional y extranjera dificulta la promoción de la industria local.
Un reglamento del MERCOSUR, definió que si la integración de un producto es de 60% con insumos locales, se considera nacional. Brasil tomó cartas en el asunto e implementó medidas efectivas para aprovechar esto y promover su industria. Con regulaciones claras y herramientas financieras específicas, logró proteger y potenciar a sus fabricantes de maquinaria agrícola, mientras que en Argentina se han dejado pasar oportunidades.
La falta de una política industrial sólida ha llevado a consecuencias desfavorables para la economía. Actualmente, la balanza comercial en maquinaria agrícola es negativa por US$ 700 millones. “Esto lo pagamos con soja, al productor agropecuario le sacan el 33% para pagar parte de esto. Lamentablemente tenemos un círculo que no es virtuoso, sino que es perjudicial”, concluyó Bertini.
Fuente: Ser Industria