La economía colombiana es una de las más fuertes de la región desde hace varios años. Su PBI crece de forma ininterrumpida desde el año 2000 a un ritmo de entre el 2% y el 7%. Sin embargo, es su sector primario el que avanza más aceleradamente. La industria, en cambio, viene muy a la zaga y sólo se desarrolla en relación a ese sector.
Café y petróleo son las dos grandes fuentes de ingresos en el país, junto a otros productos agrícolas. De allí que la mayor parte de la producción industrial colombiana integre la cadena alimenticia y petroquímica.
La historia productiva de Colombia no se modificó sustancialmente en el tiempo, aunque tuvo algunos arranques a mitad del siglo pasado con la instalación de empresas automotrices. Hay que decir que, si bien lejos, es la cuarta productora en este rubro detrás de Brasil, México y la Argentina.
En los últimos años, sin embargo, se produjeron algunas iniciativas en pos de mejorar el perfil productivo manufacturero en ese país. Y los colombianos eligieron lo que el estadounidense Michael Porter denominó “cluster productivo”. Es decir, agrupamientos industriales que se unen en función de una estrategia productiva común.
Según las estadísticas de la “Red Cluster Colombia”, en la actualidad hay 91 clusters. Pero, a la inversa de lo que sucede en el resto de América latina, no están concentrados en las principales ciudades, sino distribuidos en todo el país. Ciudades como Medellín o Bogotá suman alrededor 23 clúster productivos entre ambas. El resto ocupa todo el territorio.
Sinergia más café
Lo primero que hay que decir es que no funcionan como los clásicos Parques Industriales que podemos encontrar en la Argentina. No son agrupamientos delimitados en un terreno con servicios específicos. Son, más bien, empresas asociadas dentro de un territorio o ciudad común, que se dedican a una misma actividad o actividad relacionada, que trabajan en sinergia y pueden o no compartir un espacio común de trabajo.
Lo segundo es que los rubros en los que trabajan, habla de las características de la producción colombiana.
Los principales clusters productivos son de café, cacao e industria láctea. Los hay también de servicios, como los clusters turísticos y de servicios financieros, lo que significa que no todo es industria manufacturera.
También existen varios orientados a la tecnología, como el clúster aeroespacial y varios de TICS (tecnología de la información y la comunicación).
En las zona petrolera están instalado un cluster petrolero. Además hay varios cluster de productos regionales, volcados a las artesanías y la producción manufacturera más básica, como muebles y textiles característicos.
Son alrededor de 10.000 empresas las que participan de estas redes, lo que representan apenas el 1% de las empresas del país. Es decir, son experiencias que están recién surgiendo.
El Estado Colombiano participa como promotor, organizador y gestor, pero no interviene en lo económico. No hay ventajas impositivas o subsidios específicos. Pero, la incidencia de las exportaciones de las pymes incluidas en clusters son mayores al promedio y el promedio de supervivencia de las empresas que se crean también. Es allí donde se ve que la asociatividad estratégica, a pesar de las dificultades rinde sus frutos