Entrevista a Daniel Bastán, creador del polo ecológico Chasicó.
Chasicó pertenece al municipio de Tornquist y tiene solamente 200 habitantes. Estuvieron en la 5° exposición Epiba por primera vez mostrando lo que es este desarrollo. Son una muerta de cómo lo ecológico y lo productivo se pueden unir en un mismo proyecto, además generar radicación, oportunidades y arraigo de la comunidad.
CP- ¿Cómo nació este proyecto?
Daniel Bastán– El proyecto arrancó hace 2 años por un concurso de energías renovables del sudeste bonaerense. Con una de las integrantes del proyecto, Silvana Rito, -qué es ex alumna mía-, habíamos hablado sobre el tema. Ella había vuelto a Chasicó después de haber estudiado en Bahía Blanca y decíamos que había que hacer algo porque sólo el 3% de nuestros jóvenes permanece en la población. Ella trabaja en la delegación municipal de Tornquist en Chasicó y un día le llegó el mail para este concurso y me preguntó si entendía algo de esto. Le dijo que algo, pero que si ella me acompañaba lo haríamos. Terminamos ganando ese concurso. Originalmente lo que íbamos a hacer era producir biogás con los residuos sólidos domiciliarios y después calefaccionar invernaderos y producir hongos. Pero al tiempo pensamos que teníamos que hacer algo más importante que incluyera el tema de los chicos que se nos van. Una amiga mía que trabaja en el Ministerio de Producción de la Nación me propuso hacer una UMPRO, (Unidad Modular Productiva) y me contó que es un formato dentro de la ley de parques industriales, especialmente desarrollada para poblaciones rurales. Da la casualidad que mi esposa que trabaja en la universidad provincial del sureste y conoció al especialista en este tema, Fabricio de Arriba Arévalo, y le ofreció ayuda. Fue espectacular.
Ahora ella está haciendo un magíster en el tema de producción de hongos. Y se incorporó el Conicet. Y el proyecto se amplía cada vez más.
-¿Se inspiraron en algún modelo de otro país o de otro lugar?
-No, la verdad es que no. Es una idea original. El año pasado estuvimos en Epiba y allí vimos lo que más o menos queríamos hacer en una conferencia sobre ecoparques. Hablamos con los expositores y nos convencimos de que era lo que queríamos hacer. Desde el año pasado estamos redactando un texto sobre lo que será el ecosistema productivo, porque no se va a poder hacer cualquier cosa, ni de cualquier manera.
-¿Qué tipo de actividades son las que se podrían instalar?
-El tema de las actividades está limitado a que los residuos puedan ser utilizados por otra actividad. Esa es una primer condición, es decir, hay que coordinar distintos emprendimientos que usan energías renovables. Nosotros estamos orientados hacia los hongos, pero también hacia el tema de la biomasa. También tenemos un paraje cercano que produce hortalizas y podría haber interacción con ellos con disecados con hortalizas Premium.
-¿El parque es específicamente para residentes o puede instalarse alguien de algún municipio cercano de algún otro lado?
-Eso va a depender de qué propuestas haya. No es necesario que sean emprendedores de empresas que se gesten en Chasicó, pero sí que den trabajo allí. Estamos también estimulando a los alumnos de las escuelas para que hagan ellos sus propios emprendimientos. De hecho, el parque también va a tener una zona educativa.
-Es el mejor ejemplo de cómo un parque industrial se convierte en una institución social. Si esto se replicara en las localidades pequeñas en todo el país podría generar mucho arraigo.
-Yo me vinculé a Chasicó por el campo. De hecho yo viví en el campo, anduve arriba del caballo, arriba del tractor. Pero la matriz laboral y productiva de la zona rural cambió muchísimo. Ya no demanda la mano de obra que demandaba antes. El intendente de Torquinst está muy entusiasmado con la idea porque propusimos eliminar los basurales a cielo abierto.
-Ese es un gran tema en todas las comunidades.
-En todo el mundo te diría.
-¿Cómo se financian, cuál es la ayuda que reciben del municipio, cómo lo van a estructurar, van a vender los lotes?
-Nos financiamos con lo que ganamos en el premio. Fue en 2017, pero cobramos en 2018, con lo cual el dinero se nos desvalorizo bastante. Hasta ahora todo lo que hemos hecho ha sido con dinero propio. Ya compramos calderas, paneles solares, el biodigestor. El municipio sí se ha ocupado de preparar el predio. El otro día también tuvimos una conversación con el ministro Elustondo (Jorge, el ministro de ciencia de la Provincia de Buenos Aires), que nos dijo que iban a colaborar. Estamos hablando con ellos para ver en qué nos pueden ayudar. Después va a haber cinco parcelas más se van a poder alquilar. La comisión que maneje el parque dirá de qué manera se hace. Las tierras son de los ferrocarriles, pero van a formar parte del municipio. Así que verá el municipio de qué manera lo negocia.
-Es en estos emprendimientos donde el estado tiene que intervenir haciendo su aporte.
-Yo creo que sí, evita que la gente se vaya a otras localidades, mejora la calidad de vida y evita que pierda su identidad.
-¿Cuando se fundó Chasicó?
-Hace 123 años, un 12 de octubre. Es un caso extraño porque la mayoría de la poblaciones de este tamaño de esta región han desaparecido.
-¿La población ha ido creciendo o mermando?
-En los últimos años la población se ha mantenido, pero en 1910 tenía 1100 habitantes. Se despobló mucho el campo, vive muy poca gente.
-Estos emprendimientos promueven la agregación de valor a la materia prima.
-Exactamente. Muchos de los bienes que se producen en la zona rural dejan muy poco dinero en los lugares de origen.
-¿Han pensado desarrollar con las escuelas o universidades los paneles solares, biodigestores o calderas?
-La Universidad del Sur y el Conicet trabajan con nosotros permanentemente. De hecho hay cosas que estamos trabajando en conjunto y a ellos les interesa analizar muy bien que pasa en el biodigestor. Lo mismo que la producción de hongos a una escala.
-¿Cuál sería el destino de los hongos? ¿El mercado interno gastronómico, el externo, la industria farmacéutica?
-Los hongos comestibles los distribuiremos regionalmente. Tenemos cerca la comarca serrana, donde está Sierra de la Ventana. En ese espacio vamos a tener nuestra clientela. Pero también vamos a desarrollar hongos medicinales y extractos de hongos medicinales. Formamos parte de un programa conectado al Hospital Regional Penna de Bahía Blanca, para la sala de oncología. El extracto también tiene mercado internacional, aunque sabemos pero todavía faltan algunas calificaciones de Anmat y el código alimentario.
-¿Cuanto empleo piensan generar?
-Hasta ahora tenemos un proyecto definido que generaría sólo tres lugares de trabajo, pero hay algunos proyectos pensados para usar de materia prima la avena y el trigo. Creemos que vamos a abastecer toda la demanda laboral de Chasicó una vez que este a pleno el parque.
-Además, cuando los jóvenes que están educando en la secundaria armen sus propios proyectos seguramente van a ser muy creativos y van a crecer.
-De hecho lo han sido ya. Los invernaderos son cúpulas geodésicas y las hemos diseñado en la escuela secundaria.
Para acceder a detalles del emprendimiento: www.poloecologicochasico.com