En el segundo día de la octava edición del encuentro “Argentina Visión 2020/40”, organizado por ADBlick Agro, Bioceres y el Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral a beneficio de Bisblick Talento Joven, los protagonistas fueron emprendedores que llevan adelante proyectos relacionados con la biotecnología, inteligencia artificial y agtech: Leonardo Marraffini, de Keclon; Milagros Graziani, de BeeFlow; Pedro Inchauspe, de Ecosticks, y Franco Goytia, de Caspr Bio.
La apertura de este panel estuvo a cargo de Belén Ochoa, Directora Ejecutiva de Bisblick Talento joven, quien habló acerca del trabajo que se realiza desde la fundación ayudando con becas, tutores y capacitaciones actualmente a 89 jóvenes de alto potencial y bajos recursos económicos para que puedan estudiar una carrera universitaria o terciaria y luego insertarse laboralmente en trabajos relacionados con sus carreras. Las cifras oficiales indican que solo el 12% de los chicos en situación vulnerable terminan su estudio superior. Desde Bisblick se reciben cada año 1300 postulaciones de jóvenes que quieren progresar y ser los primeros profesionales de sus familias, pero para lograrlo necesitan ayuda de toda la sociedad.
El financiamiento es clave
El primero de los emprendedores en exponer fue Leonardo Marraffini, CFO de Keclon, empresa de biotecnología dedicada al desarrollo y comercialización de enzimas para la industria. Está enfocada principalmente en las industrias de aceites comestibles, alimentos, biodiesel y nutrición animal en Latinoamérica y otros mercados emergentes.
Al referirse a los orígenes de esta iniciativa, recordó su comienzo hace diez años de la mano de científicos del Conicet con foco en transferencia de tecnología y destacó que la inversión pública y privada los acompañó desde entonces. Hoy Keclon tiene 24 aplicaciones en curso y es la empresa con mayor cantidad de registros de propiedad intelectual en los últimos cinco años en Argentina.
En cuanto a la actualidad, Marraffini indicó que “está en construcción una planta con capacidad de fermentación de 65 mil litros, expandible a 200 mil, que esperamos terminar el año próximo. Será una de las más grandes de Sudamérica, con tecnología de última generación y con la capacidad de generar 50 puestos de trabajo en San Lorenzo, provincia de Santa Fe”.
Entre las claves del éxito para estos proyectos mencionó la búsqueda de soluciones a problemas reales, cuantificando el impacto y protegiendo la propiedad intelectual, el financiamiento temprano para la planta piloto y las pruebas de concepto, y el Corporate Venture Capital al momento de dar el salto de escala a nivel industrial.
Por último, manifestó la necesidad de reglas claras de incentivos, como la ley de conocimiento o la ley de biotecnología, a la vez que advirtió sobre las dificultades para el acceso al crédito que se presentan a partir de la actual situación macroeconómica.
Soluciones a los productores
A su turno, Milagros Graziani, Country Manager Director de Beeflow, habló sobre esta empresa que brinda servicios profesionales de polinización a productores agrícolas y reveló que “el 70% de los cultivos del mundo dependen de la polinización mediada por insectos”.
Para definir la tarea que realiza la compañía, la joven ingeniera agrónoma explicó: “Las frutas tienen diferente calidad según la polinización. Tiene que ver con la cantidad de polen que recibieron las flores. De este modo, hay una correlación entre polinización y calidad de los cultivos. Nosotros hacemos que las abejas trabajen mejor en el campo cuando tienen que polinizar cultivos. Lo hacemos aplicando conocimiento científico”.
El proceso consiste en alimentar a las abejas en base a productos desarrollados con tecnología propia para que sean capaces de realizar mayor cantidad de vuelos, y que estén más fuertes ante situaciones adversas. Durante la floración también se las sigue alimentando con otras tecnologías que pueden resultar atractivas para otros cultivos.
“Beflow existe para dar soluciones a productores, para tener mejor calidad de fruta exportable y para tener menos desperdicio en el campo, de modo que sea más eficiente”, resumió. Según informó, trabajan con grandes empresas y lograron incrementar entre un 20% y un 90% el rendimiento de los cultivos. También detalló que desarrollan su actividad en Argentina y en Estados Unidos, con oficinas en Sierra de los Padres, provincia de Buenos Aires, y en California.
Cambiar los hábitos
Ecobella es un emprendimiento que nació hace 7 años. ¿Cómo ocurrió? Así lo relató Pedro Inchauspe, co-fundador de la empresa durante su disertación: “Un día, nuestro fundador abrió el cajón de su cocina y encontró muchos palitos de sushi. Luego de una breve investigación, llegó al dato de que cada año se talan 20 millones de árboles para hacer este producto y se propuso generar una alternativa biodegradable”.
A la hora de definir el objetivo de la empresa, señaló que se trata de “cambiar los hábitos de la gente por una mirada más ecológica, ecofriendly”, y aseguró que esta tendencia “llegó para quedarse, es algo que sucede a nivel mundial”.
Luego aseguró que “después de 7 años, mucha cabeza y un gran equipo estamos logrando nuestro objetivo: transformar productos masivos de plástico y madera de alto impacto para el medioambiente en productos como eco sticks (palitos de sushi a base de harina de arroz), ecomixers (revolvedores de bebidas frías y calientes), palitos de helado y cucharitas”.
Para finalizar, explicó que Ecobella “tiene un doble propósito que nos conecta con las generaciones que vienen y, en lo personal, con nuestros propios hijos. Hemos ido a los colegios de ellos a dar charlas y nos damos cuenta de que los chicos tienen otra conciencia”.
Cultura dinámica y horizontal
Franco Goytia, Fundador y CEO de Caspr Bio, fue el cuarto y último de los emprendedores que disertaron en esta jornada. Se trata de una empresa dedicada a hacer diagnóstico molecular con una nueva tecnología y que tiene como objetivo dar mayor accesibilidad a este tipo de prácticas.
Su comienzo es bastante reciente, ya que se dio entre fines de 2018 y principios de 2019. Empezaron con prototipos para zika, dengue y mutaciones genéticas puntuales. Tienen sedes en Buenos Aires y en San Francisco, California, y el equipo de trabajo se distribuye en partes iguales entre ambas locaciones.
La aparición del Covid-19 significó un punto de inflexión para ellos, ya que en marzo comenzaron a trabajar en un prototipo para desplegar una solución para testeos masivos en la pandemia, con lo cual pasaron de 6 a 20 personas y obtuvieron importante apoyo de distintos inversores.
“Ahora, varios meses después, tenemos un primer producto, que es un kit orientado a laboratorios y hospitales para hacer un testeo más rápido y accesible. Fue presentado a FDA en Estados Unidos y a la Anmat en Argentina para su aprobación regulatoria, pero ya fue validado por laboratorios en varios países del mundo”, afirmó.
Goytia destacó que se mueven en base a “una cultura de empresa muy en modo dinámico, horizontal y con mucha iniciativa de inversión en innovación y desarrollo. Nuestro foco es convertirnos en una firma pionera en el desarrollo de soluciones en diagnóstico molecular y lograr un alcance mundial”.
En el cierre, Alfonso Amat, Responsable del desarrollo emprendedor para Amazon Webservices, comentó que su trabajo es apoyar el sistema emprendedor de Latinoamérica para que crezca. Por ese motivo, valoró el trabajo de cada uno de los que presentaron sus proyectos hoy en el panel porque tienen conciencia ecológica, producen propiedad intelectual, tecnología para identificar enfermedades, superalimentos, y lo hacen en nuestro país y para el mundo, pensando en el futuro y logrando la colaboración de instituciones tanto públicas como privadas.