Irini Wentinck preside el Departamento de Mujeres Empresarias de la Unión Industrial de la Provincia de Buenos Aires (UIPBA). Además, es vicepresidente de la Unión Industrial de Ezeiza (UIE) y socia de Wentinck Conductores. En la entrevista radial con Conexión Parques repasó las acciones que llevan adelante para garantizar el reconocimiento a las mujeres como beneficiarias y socias del crecimiento y el desarrollo en el mundo industrial.
Conexión Parques: En tus presentaciones en las redes siempre firmás: “Mamá por cuatro”.
Irini Wentinck: Es la empresa más difícil y compleja, pero la más linda.
CP: Nos parece importante el tema de la igualdad de géneros en la industria, un tema que venís liderando en la UIPBA en especial a través del programa ‘Ganar ganar’. ¿Podrías contarnos algo más del programa, su importancia y sus avances?
I
W: El programa tiene alcance latinoamericano y es liderado por la ONU y la Organización Internacional del Trabajo y financiado por la Unión Europea. Consta de diferentes herramientas, una de las cuales -la que nosotros lideramos- pone el foco en la iniciativa empresarial de la mujer y trabaja para identificar las barreras que tenemos las mujeres para poder iniciar nuestras empresas o escalarlas.
CP: Según un informe presentado por ustedes, en Argentina las empresas propiedad de mujeres o con mujeres en sus puestos directivos no superan el 8% un indicador muy inferior al 21% de América Latina. Sobre qué hipótesis trabajan a la hora de establecer por qué hay tan pocas mujeres en este campo.
IW: Lo interesante de este estudio que se inicia en la provincia de Buenos Aires y que pretendemos escalar a nivel nacional es que nos permitirá contar con información para poder impulsar los cambios necesarios para transformar esta realidad.
Más allá de la cuestión de género, tenemos un problema serio y es que tenemos uno de los más bajos índices de natalidad de empresas y si bien hay un nivel alto de emprendedores, éstos no pueden pasar al nivel de empresa porque las condiciones económicas, financieras y de contratación laboral obturan la posibilidad de que puedan tomar cuerpo y las derrumban.
Tenemos barreras específicas relacionadas con temas de género o de crianza de los hijos y el cuidado del hogar un tema que en la Argentina está relacionado con una tarea femenina que, si bien está cambiando, lo hace muy lentamente.
Todas estas condiciones hacen que sea más amigable un desarrollo de tipo profesional o un trabajo en relación de dependencia que crear o hacer crecer una empresa.
CP: El informe decía que al menos 20 cámaras empresarias no contaban con mujeres en sus niveles de conducción, ¿Cómo está la situación y cuál es el camino?
IW: La participación es baja. Históricamente los espacios de gestión gremial empresaria estuvieron compuesto por hombres, una situación que está empezando a cambiar, en especial cuando encontramos en la cabeza de la institución una visión más amplia y que logra visualizar lo positivo que es contar con mujeres en los equipos de trabajo, visiones que tuve la fortuna de encontrar en la UIPBA y la UIE donde desarrollo mi labor.
Esto es resultado de una decisión política que visualiza que tener equipos diversos promueve resultados superiores.
CP: Según un trabajo del instituto Global McKinsey si las mujeres desempeñaran el mismo papel que los hombres en el mercado, el PBI global aumentaría de acá a 2025 un 26%. ¿Tienen algún relevamiento de los sueldos que ganan las mujeres industriales en la Argentina comparado con los hombres?
IW: No hay informes que tengan ese dato desagregado por sectores aunque es de público conocimiento que en el mercado laboral hay una diferencia significativa en los sueldos entre hombres y mujeres.
CP: Reconocer a las mujeres como socias en el desarrollo y el crecimiento como empresarias y liderando sería el punto fuerte de este programa. ¿Es así?
IW: Totalmente. Que llegue un programa en este momento de la Argentina en el que hay un déficit de crecimiento del sector privado y que podamos estar trabajando a mediano plazo es algo muy valioso y promisorio porque hoy, en nuestra universidades egresan más mujeres que hombres con lo cual por primera vez en la historia tenemos un capital humano femenino muy formado al que si podemos acompañar y ayudar a que vuelque este conocimiento en la construcción de nuevas empresas y al desarrollo económico lo que tendría un impacto muy importante para nuestro futuro como país.