Un 6,3% anual retrocedió la actividad en las industrias Pyme en febrero, con lo que en el bimestre acumuló una baja de 7,97% respecto del año pasado, sería la mala noticia que dio la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).
La buena sería que hubo un repunte del sector en el segundo mes respecto del primero, al haber registrado un aumento de 3,6% sin desestacionalizar, de modo que la capacidad instalada también mejoró 1,3% ubicándose en 70%.
La explicación que brinda CAME sobre este comportamiento fabril en las Pymes es que, desde diciembre pasado, las familias orientaron una mayor proporción de su consumo a turismo, ocio y recreación, y la industria lo sintió.
Pero influyeron asimismo faltantes de insumos y modificaciones de precios que pusieron en pausa algunos pedidos de producción previstos. Fue determinante el alza de los costos de algunos de los insumos, especialmente en Alimentos y bebidas y Productos de metal, maquinarias y material de transporte.
Las empresas exportadoras también sufrieron el impacto de la menor demanda internacional de algunos países.
En la encuesta realizada por la entidad, el 66,6% de las Pymes consultadas calificó la situación actual de su empresa como buena o muy buena, 4,2 puntos por encima de enero, pese a que se redujo 3,7 puntos a 58,6% la cantidad de empresas de la muestra que trabajaron con rentabilidad positiva (de 62,3% en diciembre).
Del análisis sectorial surge que, salvo la producción de indumentaria y textil, que mejoró en febrero último 8,8% por el inicio de las clases y la reapertura de las disciplinas deportivas que impulsó la confección y fabricación de prendas, el comportamiento del resto fue negativo: Papel, cartón, edición e impresión (-11,9%), Metálicos, maquinarias, equipos y material de transporte (-8,5%), Maderas y muebles (-11,4%) y Alimentos y bebidas (-6,2%), si bien los problemas que afrontó cada uno fueron diferentes.
Los cortes de energía, el abastecimiento de insumos importados y la aceleración del ritmo inflacionario se constituyeron en un denominador común, prácticamente, de los obstáculos que debieron afrontar las industrias Pyme en el verano.
Textiles e indumentaria tuvieron a favor la reanudación escolar y deportiva, al igual que el recambio de ropa de trabajo finalizadas las vacaciones, que se sumaron a que las ciudades turísticas continuaran con muy buena demanda en rubros como mallas, accesorios, remeras, camperas, lo que hizo que el aumento anual sea similar en todo el país.
Como subrubro, las empresas vinculadas a la obra pública y la construcción tuvieron una mejor performance que el resto del sector Metálicos, maquinarias, equipos y material de transporte.
Sorprendió la caída de la producción en Alimentos y Bebidas, que las firmas explicaron en el incremento en los precios de materias primas, especialmente en aquellas que elaboran alimentos en base a harinas, aceites y lácteos.
En el caso de bebidas una de las trabas señaladas por las empresas fue conseguir envases de vidrio, problema que las viene afectando desde hace tiempo y se agravó en las últimas semanas.