La Italia de la posguerra, como toda Europa, se reconstruyó de la mano de una política industrial expansiva y a caballo de grandes empresas que motorizaron el crecimiento de la economía.
Fue la gran industria automotriz la punta del Iceberg y el grupo Fiat -como olvidarnos del topolino Fiat 500- su nave insignia.
Pero, en la década del 70 entra en crisis el modelo de producción fordista y en Italia comienza a producirse toda una redefinición de lo que necesitaba como país para integrarse al mundo y a Europa.
Lo que surgió como respuesta es la creación de un modelo de producción integrada, basada en las pymes y en una lógica regional.
Así nacieron los “distretti industriali”, un modelo industrial regional, basado en “clusters” totalmente integrados y dedicadas a un único rubro o actividad.
¿De qué se trata? Fundamentalmente de la creación de especializaciones productivas en diversas zonas con ventajas competitivas o desarrollos avanzados.
Algunos ejemplos paradigmáticos y llamativos son: el distrito de la pasta en Abruzzo, de la seda en Venecia, del café también en Venecia, de la moda y del diseño en Lombardía (Milan), del mármol de Carrara en la Toscana, del deporte en Véneto y del vino, también en Véneto.
Los sectores que más sobresalen en todo el país son: la metalmecánica, los agroalimentarios, el calzado y los textiles.
El registro de 2011 dice que hay identificados alrededor de 141 “distretti industriali” en todo el país.
Pero valen varias aclaraciones. En primer lugar, si bien parecen pocos para las dimensiones de la economía italiana, la realidad es que explican cerca del 25% del sistema productivo italiano. Sucede que cada distrito industrial, en promedio, agrupa alrededor de 2000 empresas -casi todas pymes-
También hay que decir que en el interior de estos distritos, porque son formaciones creadas en integración con los poblados- reside alrededor del 22% del la población italiana.
Lo cual habla del dinamismo de estos agrupamientos.
Sin embargo, también podemos hablar de un fuerte retroceso histórico. Mientras que en la década de los 80 llegó a haber 200 distritos, para el 2001 ya había 180 y en 2011 había bajado a 140. De los cuales 100 son los computados oficialmente por el observatorio estatal de “distretti industriali”.
A estos, hay que sumarles las novedades del siglo XXI que son los nuevos parques científicos y tecnológicos. Ya llegan a 27 y tienen la misma lógica de desarrollo que los distritos tradicionales. Hay parques tecnológicos aeroespaciales, de biotecnología, de alta mecánica, de biociencia, de innovación agroindustrial. Es decir, siguen el concepto de clúster productivo.
Desde ya, hay que hablar de la desigual distribución de la industria en ese país. La zona norte, fundamentalmente la Lombardía, es la más desarrollada y contienen la inmensa mayoría de los parques industriales. Casi el 45% están en el nordeste y otro 25% el noroeste. Entre el centro y el sur el resto.
Finalmente, hay que decir que la crisis económica de los últimos años en Europa afectó fuertemente la expansión de los distritos, que tuvieron una fuerte reorientación. La expansión del comercio internacional, sobre todo la competencia con China y los países del sudeste asiático, provocaron que la incidencia en el mercado interno disminuyera y que creciera la incidencia de las exportaciones.