Del acuerdo por la deuda dependerá la liberación de divisas para poner en marcha el aparato productivo, apoyado en tecnologizar las Pymes.
La Casa Rosada ya piensa en el día después de la cuarentena. Pero previamente necesita concretar un eventual acuerdo con los acreedores para salir del default de la deuda y poder arrancar la economía.
Los funcionarios abocados al proyecto manejan como prioritario orientarse a las Pymes, dada su incidencia en el consumo interno y en el sostenimiento y posterior creación de puestos de trabajo.
De ser receptoras de ayuda oficial para afrontar parte de los sueldos y no despedir personal, tienen que convertirse de inmediato en locomotoras de la estancada rueda productiva, de acuerdo con un reporte que publica simultáneamente el sitio web especializado en tecnología para los negocios markamagazine.com.
Son la inmensa mayoría: de las 856.300 empresas privadas registradas en la Argentina, 83% son microempresas; 16,8%, pymes y 0,2% grandes compañías.
Habrá que ver cuántas de las 650 mil que figuran en el inventario realizado por quien fuera secretario del área en la Administración de Mauricio Macri, Horacio Roura, tuvieron que bajar la persiana por no resistir el parate de la pandemia, más la recesión que venía de arrastre.
En la cuarentena, algo más de 6% estaban operativas y se contaron 190 mil puestos de trabajo en riesgo.
Naufragó asimismo el 80% de la informalidad laboral que se concentra en empresas con menos de 10 trabajadores, que quedó atrapada en el corte de la cadena de pagos que trajo el confinamiento.
Todo parece indicar que la estructura que quedó en pie, sobre todo la industrial, se mantendrá en apuros, porque deberá atravesar una transición hacia la reconversión del perfil asumido después de la crisis del 2001, de elevada proteccíón aduanera, bajo el cual se cobijó al medio millar de firmas que sobrevivieron más unas 160 mil nuevas que se le sumaron desde entonces.
Tienen por delante ganar en competitividad para lo cual se verán obligadas a modernizar sus líneas de producción y comercialización y rejuvenecer sus timoneles.
Según la Fundación de Observatorio Pyme, la mitad de las industria del sector tiene directores generales con más de 60 años, 40% superan los 65 años o más y solo 6% son menores de 41 años.
Los lineamientos con los que planifica el Ministerio de Desarrollo Productivo dependerán, en gran medida, de una simplificación impositiva que debería materializarse en una reforma hecha por ley.
Deberá constituirse en un punto de partida para nada menos que el 99.6% del total de las unidades económicas, que aportan casi el 70% del empleo, el 50% de las ventas y más del 30% del valor agregado, de acuerdo con datos del año pasado.
A falta de crédito e inversiones, con una economía que venía orientada a la salida de capitales, la carta que se juega el gobierno de Alberto Fernández consiste en salir del default para que no se afecte el giro internacional de la economía y cerrar un acuerdo con los fondos de inversión y el Fondo Monetario Internacional para correr los vencimientos hasta el final del mandato.
Dispondría así en la práctica de un “autocrédito” externo que superaría al stand by que tomara Mauricio Macri en 2018 y sería aplicado principalmente a sostener el gasto público que la pandemia incrementó en más de 1,5 puntos del PBI.
Si se agregan, además, los 10 mil millones de dólares retenidos hasta el año que viene a los bonistas sometidos a la legislación local, la chequera de divisas del saldo comercial que manejaría el Banco Central podría ser destinado a poner en marcha la atrancada rueda de la economía.
Nichos de oportunidades
El diseño de los incentivos apunta hacia los nichos donde anidan oportunidades, principalmente a la formación de clusters exportadores, como por ejemplo asociaciones de productores de cerdos, lácteos que requieren de escala para proveer a demandas de gigantescos mercados como el chino.
También al aprovechamiento de la oferta mundial de créditos verdes que otorgan los organismos de fomento, que se dirigen a proyectos que privilegian el cuidado del medio ambiente.
El “compre nacional” será otro de los arietes del nuevo enfoque, aunque diferenciado del de otros tiempos, porque los desarrollos se harán sobre la base de incorporación de tecnología, apoyada en las ventajas que entraña la nueva legislación del conocimiento.
Muy activas en propuestas aparecen las dependencias de la Jefatura de Gabinete, al mando de Santiago Cafiero, que se movilizan en la utilización de recursos abandonados en la gestión anterior, como equipamientos destinados al desarrollo de una industria nacional de contenidos audiovisuales, tanto para ser usados por los canales oficiales de comunicación, el cine y las universidades.
El área de Cultura, a cargo de Tristán Bauer, opera en esa dirección, con algunas superposiciones con la Secretaría de Medios y Comunicación Pública de la Nación, que conduce Juan Francisco Meritello.
Los bienes culturales, que son denominador común en ambas jurisdicciones, constituyen uno de los sectores más dinámicos de la economía, con 3,5 puntos de PBI, y un caudal exportador que se encuentra en el podio de la balanza comercial, junto a granos, autos y software.
Pero además se caracteriza por ocupar a más de 170 mil personas, ser federal y fundamentalmente atraer emprendedores jóvenes, uno de los objetivos de la política oficial.
El desarrollo de la industria nacional de bienes culturales se incluiría en una ley de fomento, que abarca a sus 4 rubros: audiovisual (cine y televisión), editorial (edición de libros, diarios y revistas), Fonográfico (música y radio); y otras actividades, como videojuegos, deportivas y esparcimiento.
Hasta 2015, el Ministerio de la Producción incentivaba la presentación de proyectos federales que se premiaban con la financiación de películas a través del INCAA.
También había incorporado tecnología de punta bajo la forma de un Laboratorio de Investigación y Desarrollo de Tecnologías y Contenidos Audiovisuales Digitales, que experimentó la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) en producciones nacionales de reconocido mérito.
Consta de 72 cámaras de 16 Megapíxeles (MP) que permiten la captura simultánea de hasta 19 personajes, y funcionaron en un estudio de 290 m2 perteneciente a la Universidad, hasta que se lo desmanteló y envió a Tecnópolis aduciendo que estaba incompleto y que no había quiénes supieran manejararlo.
Parques industriales
Los parques industriales se encuentran también entre los primeros ámbitos de producción pasibles de ser habilitados aun cuando no se haya dado por concluida totalmente la cuarentena.
La posibilidad de fijar protocolos y normas de higiene y seguridad dentro de un predio cerrado y por lo tanto posible de controlar alienta su rápida reapertura, acompañada de estímulos financieros:
El blog de Eidico, con datos del Ministerio de Producción y de la asociación Red Parques Industriales Argentinos, describe el inventario que encierra este segmento de la producción a potenciar, que emplea a unas 150.000 personas en situación normal:
- 405 parques industriales a nivel nacional,
- 80% son públicos,
- 70% de los creados desde 2010 se desarrolló en municipios pequeños y medianos (de 10.000 a 100.000 habitantes),
- 8.000 industrias funcionan dentro de ellos y generan el 15% del empleo industrial,
- 80% de las empresas que los integran son pymes y 20%, grandes empresas.