Cercano al Riachuelo, el proyecto pone el foco en el cuidado del medio ambiente. Su saneamiento depende, en buena medida, de la eliminación de los contaminantes que produce la industria del cuero en la zona. Por eso, la construcción del complejo fabril se torna imperativa.
La historia de la cuenca Matanza – Riachuelo es parte de lo que fue y es la Argentina. Un país que se industrializó desorganizadamente y que, a caballo de las crisis recurrentes, no pudo orientar sus esfuerzos para mejorar su infraestructura industrial y acompañar al crecimiento económico con el cuidado del medio ambiente.
Durante años, ya desde inicios del siglo XIX, se instalaron a orillas del río numerosos emprendimientos relacionados a la industria de la carne. Saladeros -al principio- y curtiembres -más tarde- dieron a esta zona una fisonomía productiva particular y también un olor característico: el de los químicos que se utilizan para tratar el cuero que, en su mayor parte, iban a parar al curso de agua sin ningún tipo de tratamiento.
Con el paso de los años, lo que quedó fue la contaminación profunda y lo que hubo de parte del Estado fueron múltiples promesas de saneamiento. Todas cayeron en saco roto hasta la llegada de ACUMAR (la autoridad de la cuenca Matanza – Riachuelo), un organismo que integran el Estado nacional, a la Ciudad de Buenos Aires y a la Provincia de Buenos Aires. Funciona desde 2006 y tiene como objetivo central el saneamiento integral de la cuenca.
Desde el inicio del proyecto, un problema nodal fue el de la reconversión de la industria del cuero hacia un modelo sustentable para el medioambiente. En esa dirección se les impuso a las empresas la obligatoriedad de contar con sistemas de tratamiento de desechos químicos, entre otros requisitos. Sin embargo, no todas las empresas contaron en estos años con los recursos necesarios.
La solución fue la creación de un Parque Industrial especializados en el rubro del cuero que cubra todas sus necesidades de servicios, de infraestructura, de regulaciones estatales y, por supuesto, de sustentabilidad ambiental.
Características del Parque Industrial Curtidor (PICL):
Cuenta con una extensión de 160.000 m² y tendrá la capacidad de alojar a 65 empresas del sector y afines en ocho grandes pabellones.
Podrá tratar un volumen promedio de 8000 m³ diarios de efluentes líquidos industriales en una Planta de Tratamiento de Efluentes de Líquidos Industriales (PTELI) construída en el lugar.
La iniciativa fue promovida por ACUMAR y financiada por el Banco Mundial.
Está ubicado a metros del nuevo Puente Olímpico que une la ciudad de Buenos Aires con el municipio de Lanús, sobre la calle General Olazábal al 3500.
El PIC Lanús tiene por objetivos:
-Tratar adecuadamente los efluentes generados
-Minimizar el consumo energético y de recursos
-Mejorar la gestión y el manejo de los residuos
-Reducir las emisiones de la industria a la atmósfera
-Minimizar las molestias sobre la comunidad
-Dotar al plantel industrial de conocimientos y tecnologías para afrontar las consecuencias de su actividad
-Controlar y monitorear permanente la actividad industrial
Además genera beneficios adicionales al sector, como:
-El afianzamiento del sector curtidor y su desarrollo como industria regional.
-Mejorar la eficiencia de las pequeñas y medianas empresas, y potenciar sinergías con la localización compartida.
-La adecuación ambiental del sector curtidor: producir sin dañar el ambiente
-Mejorar las condiciones de trabajo con instalaciones que incorporan procesos modernos y menos contaminantes
Una obra con una demora de décadas
En octubre pasado, la titular de ACUMAR, Dorina Bonetti, firmó la adjudicación de la construcción a la empresa Luis Carlos Zonis SA. Bricons Sociedad Anónima Industrial Comercial Financiera e Inmobiliaria UT.
Así dará inicio la obra que tiene como plazo 18 meses, aunque lleva de retraso varias décadas. La inversión será de $ 243 millones, según señala el pliego.
Un total de 22 firmas ya anticiparon la decisión de trasladar sus instalaciones al Parque Industrial, aunque la planta de tratamiento, cuya construcción saldrá a licitación en breve, recibirá los vuelcos generados, no sólo por los establecimientos localizados en el predio, sino por otras empresas vecinas.
En el acto de apertura de los sobres, Bonetti destacó que “este importante hito es el resultado del esfuerzo conjunto de Acumar, la Secretaría de Ambiente y el municipio con establecimientos del sector, cámaras empresariales y organizaciones gremiales”.
“El parque nos permitirá realizar un control más eficiente y permanente de este importante sector industrial, y asegurarnos que se utilizarán los procesos productivos adecuados protegiendo así el ambiente y la calidad de vida de los vecinos de la cuenca”, concluyó.