Un campo productivo apto para Parque Industrial por estar sobre ruta en una zona ganadera bonaerense valdría 10/15 mil la hectárea, contra 4.000 dólares que cotiza si está más alejado, en un camino rural, dentro de la misma localidad. O sea, tres o cuatro veces más.
“Hay gente que compra porque sabe que el desarrollo pasará por ahí”, afirma Federico Nordheimer, quien se dedica a negocios inmobiliarios agropecuarios y es a la vez miembro de CREA.
“En los últimos tres meses volvimos a tener consultas para desarrollar Parques Industriales sobre tierras a la venta en un radio de 100 km de las principales capitales, empezando por CABA y Gran Buenos Aires, después Córdoba y sigue Rosario.
Pero antes de ver el campo, aclaró, los interesados en invertir a mediano y largo plazo se fijan en quién es el intendente”.
Esa es la tendencia que señala para los campos destinados a industrias o desarrollos de Parques Industriales-
Entrevistado por Lía Ghelfi y Alejandro Winokur en el programa Conexión Parques del jueves 24 de marzo, que se emite por radio Ecomedios, el director de Inmobiliaria Rural Nordheimer especificó que por el lado de la demanda, “hay gente de industrias alternativas, más que de agroindustria, que viene a pedir predios para Parques Industriales”.
En cuanto a la oferta, identificó casos de “familias que tienen campos hace 100 años en un lugar y de repente se dieron cuenta que el Parque Industrial representa una oportunidad de negocios”.
Sobre las tendencias temáticas, indicó como alternativa bastante innovadora el actual desarrollo del primer mercado agroganadero, en la zona de Cañuelas. “Se trata de un Parque Industrial totalmente vinculado a las actividades del campo, donde ya está empezando a operar el Mercado de Liniers, que antes estaba en la Ciudad de Buenos Aires. En Mataderos entraban por día más de 100 camiones cargados de animales y ahora se mudaron a Cañuelas, donde además, en un predio ubicado en el kilómetro 88 de la ruta provincial N° 6, se están construyendo oficinas, hoteles, casas. Es una idea muy lógica de juntar a todo el agro en un mismo lugar. Este modelo se puede llevar a distintos puntos del país”, desgranó.
Alejandro Winokur: –¿Cuáles son las zonas estrellas de acuerdo con las búsquedas?
FN: -La Pampa Húmeda: provincia de Buenos Aires, sur de Córdoba, Santa Fe y siempre lo fueron. El tema es que en algún momento no había la venta y entonces se fueron a zonas extra Pampa Húmeda, como Santiago del Estero, Chaco, Salta, San Luis, pero como hoy hay cosas a la venta en la Pampa Húmeda son las más buscadas. Es como que los mejores cuadros del campo en el país están en estas zonas y si alguien puede meterse en esos campos lo hace. Porque hay épocas en que, cuando el sector está bien y la situación acompaña, no los venden por nada en el mundo. Son mucho más que un bien económico o numérico, es un bien preciado. Por eso se está buscando más por donde hay campos a la venta.
AW: –¿De qué valores estamos hablando?
FN:- La referencia de valores de los campos parte de la zona núcleo, que se le llama como el triángulo de oro, y comprende Rojas, Salto y Pergamino, donde están los mejores del país. Desde ahí se empiezan a derramar los valores, y decimos que, si en la zona núcleo valen tanto, estos valen tanto otro. Hoy el precio medio de la zona núcleo está en 15 mil dólares la hectárea para un campo netamente agrícola. A partir de ese nivel suben o bajan, según la calidad de la tierra y la distancia de puertos. Venado Tuerto estará en 12/13.000; Córdoba, entre 10 y 12.000; Río Cuarto 8.000; en Santiago del Estero nos vamos por distancia de 3 a 4.000 los de aptitud agrícola. En los ganaderos, los mejores rondarán los 3.500/4.000 y de ahí para abajo. Son campos cuya referencia parte de la provincia de Buenos Aires,y va bajando a La Pampa y San Luis.
AW: En real estate está el desarrollista, el inversor, el que compra tierras para revender, ¿se replican en el campo este tipo de perfiles especulativos?
FN: -Hay jugadores que han hecho eso. Gente que compró campos sobre rutas, que los paga a un valor mayor que el que podría ser de producción. Si un campo ganadero en Cañuelas vale en términos de producción 4.000 dólares la hectárea, pero el que está sobre autopista o ruta está en 10/15 mil y hubo gente que compró es porque sabe que por ese lado va a venir el desarrollo. El hombre del campo tiene claro que la población crece sobre tierras productivas. Mientras producen, sacan una renta por carne o granos y esperan que la tierra se valorice. La diferencia con un lote en un country es que si uno no le pone una casa igual tiene que pagar todos los gastos; en cambio en el campo mal que mal alguna entrada tiene y puede esperar.
CP: –¿Cuál es su percepción acerca de lo que viene después de haber visitado Expoagro 22?
FN: En la Expoagro se notó que el campo está fuerte, solvente, no había un stand disponible. Estaban relucientes, regalaban merchandising, los productores y chacareros sonrientes, bien vestidos, las camionetas eran todas nuevas o arregladas. Un contraste con otras épocas, en que los veías cabizbajos, los vehículos chocados que no podían arreglar. En definitiva, se veía una fuerza importante en el campo y algo de todo esto se refleja en el mercado del real estate. Algunos están comprando campos, vuelcan inversión a tierra. Y lo que los frena a realizar con más fuerza eso es un poco la situación socioeconómica y política también del país. Porque la del campo es una inversión de alto valor, que no se hace de un día para el otro, y entonces se apuesta a mediano y largo plazo. De ahí que dedicarse o meterse de lleno en tierras implica descapitalizarse para lo que pueda venir a futuro y, en consecuencia, muchos lo piensan bastante.
El año pasado le fue mucho mejor al campo que lo que las noticias indicaron, y si bien no fue el mejor de los últimos años, hubo movimiento: es el punto de partida que identifica.