Roxana Fantin es doctora en diálogo interpersonal de la Universidad Austral, y también docente y facilitadora de espacios de experimentación sobre las diferentes actitudes y herramientas que podemos tener en el diálogo con las personas que no logramos comprender ni aceptar.
Fantin viene del sector de las organizaciones sociales, y el interés de pasar de la comunicación organizacional a la interpersonal “tenía que ver con esas metas de diálogo, en las que no se llega a tener la confianza para decir lo que uno realmente está pensando y construir con el otro”, dijo en Conexión Parques con la conducción de Lía Ghelfi.
“El diálogo hoy es lo políticamente correcto, pero no hay tanto acuerdo en lo que significa dialogar”, resaltó.
En cuanto a la aceptación, que, para Fantin, es lo que genera la confianza en el diálogo, comentó que “hay que trabajarla antes de empezar el mismo, ya que en vivo es muy difícil cambiar actitudes que tenemos muy aprendidas porque somos muy impulsivos y reactivos”.
“La aceptación se basa en hacerle sentir al otro que tiene derecho a pensar de esa manera, por más que no esté de acuerdo”, agregó al respecto. Asimismo, dijo que reconocer el derecho se realiza mediante el tono de voz, los silencios, las preguntas, entre otras cosas. Son las disposiciones básicas para que el otro pueda poner sobre la mesa lo que trae
Por otro lado, destacó que los primeros minutos del diálogo son muy determinantes en cuanto a lo que va a pasar después. Afirmó que la actitud inicial con la que uno va a hacer la primera escucha van generando condiciones para salir de la sospecha de que el otro no va a decir lo que realmente quiere.
Además, explicó que “el 7% de lo que termina generando sentido para los interlocutores son las palabras, el 43% son los tonos de voz, la frecuencia, la velocidad en el habla, y el otro 50% es el lenguaje no verbal, todo lo que no decimos pero hacemos con el cuerpo”. Por esto, Fanti afirmó que un líder tiene que estar entrenado para captar si la conversación está yendo a mayores niveles de confianza y seguridad o lo contrario, prestándole atención a la carga emocional de lo que está sucediendo, lo cual se ve en actitudes corporales.
Por último, Fanti explicó que hay dos actitudes muy concretas cuando no hay confianza. Una es el silencio ausente, prolongado, y el otro es la agresión o huir mentalmente o físicamente de la situación. Recomendó que, cuando esto está sucediendo, hay que salir del nivel del contenido y pasar al nivel de la relación y hablar de lo que está sucediendo. “Salir del silencio y del monólogo”, remarcó.
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