Una Pyme que funcione adentro o afuera de un Parque Industrial viene encontrando dificultades para conseguir mano de obra calificada a medida que retoma el ritmo de producción prepandémico.
El presidente de la CGERA y de la Pyme Cierres Lynsa, Marcelo Fernández, planteó en el programa radial de Conexión Parques del jueves 21 de abril, la preocupación empresaria basándola en la información de campo que concentra como dirigente federal, pero también como empresario con actuación dentro del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
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Y ya no se trata de una consecuencia atribuible a la pandemia, como surge de las participaciones de “parquindustrialistas” de distintas latitudes del país, como San Vicente, Reconquista y Pocitos, en San Juan, sino que se invocan otras cuestiones, como la lejanía con el lugar de trabajo, rigideces laborales y coordinación de los distintos planes gubernamentales de capacitación con los requerimientos empresarios.
Pero el diagnóstico del titular de la CGERA señala como causante de esos desfasajes al crecimiento de la actividad productiva y económica del último trimestre del 2021 y lo que va del 2022 (pese a alguna zozobra en marzo por las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional), lo que hizo que muchas empresas y otros actores de la producción diaria tuvieran incertidumbre. Y así y todo, una vez cerrado, marzo también marcó un crecimiento en la actividad.
En el reportaje especial, Fernández estimó que, “para volver a los niveles anteriores de producción, dada la demanda que estábamos teniendo otros años, se necesita mano de obra calificada y no la conseguimos en plaza”.
Acerca de qué tipo de oficios y puestos son los que hoy no están pudiendo cubrir, mencionó “el uso de cualquier tipo de maquinaria, como, por ejemplo, los metalúrgicos, especialistas en tornerías, disectoras de plástico, la industria pesquera, técnicos químicos, entre otros”.
Aclaró al respecto que “hoy se necesita gente que sepa o haya tenido conocimientos de cómo se opera esta nueva tecnología que venimos usando y las Pymes que tenemos, y que hoy queremos volver a poner en marcha”.
Estimó que la capacitación insume “4 horas por día, en las que la persona tendría que ir a la industria a trabajar o capacitarse y formarse”.
Es así porque “no existen sindicatos, facultades, universidades ni colegios técnicos que tengan la maquinaria que tiene la industria, que es muy costosa. Hay capacitaciones de 3 semanas, de 1 mes, de 2, 3, 4 meses, etc”.
En los casos en que le ven potencial a alguien que se está capacitando,” se lo incorpora rápidamente para que empiece a trabajar porque es costoso y lleva tiempo formar a alguien”.
Para Fernández, que contó la anécdota de las 20 convocatorias que hizo su empresa a beneficiarios del Plan Potenciar-Trabajo y sólo se presentó uno, las ayudas que brindaron los gobiernos nacional y provinciales fueron necesarias dado el momento muy complicado que vivió el país durante el gobierno de Macri más los dos años de pandemia, lapso en el cual se cerraron muchas empresas y mucha gente quedó desempleada.
“Tuvimos mucha asistencia social por pérdida de puestos de trabajo y por el aislamiento social preventivo, dijo, con lo cual, era necesario. Ahora, tiene que ser más profesional; deberíamos estar usando estos planes para que las industrias capaciten a nuevos trabajadores”, reconoció.
Afirmó estar de acuerdo en darle un incremento al Plan Potenciar-Trabajo, aunque manifestó que “nos preocupa y nos ocupa el aumento de alimentos”.
Añadió que “Estado y sector privado están haciendo un esfuerzo en recuperar el salario reconocido por nosotros, ya que se sabe que necesitamos salarios competitivos para el desarrollo, crecimiento y expansión del mercado interno”.
Sin embargo, puso de relieve que “lo que no es justo es que se lo lleve solamente la comercialización de alimentos porque son el 5% de las empresas vinculadas al sector, y se llevan todas nuestras distribuciones de la riqueza”.
Explicó que “cada vez que hablamos de un control de precios, de una posibilidad de acuerdo, de suba de salario, estos sectores, rápidamente, captan la renta subiendo los precios”.
Exhortó a que, además de que el Estado y el gobierno se ocupen de eso, sea la sociedad la que los condene.
“Sabemos que los alimentos son esenciales, pero no es justo que tengan los precios que hoy se están manejando. Muchas veces los aumentan injustificadamente para quedarse con toda esa distribución del ingreso”, sostuvo Fernández en la entrevista que le realizara Lía Ghelfi.
En relación al empleo informal que se da mucho en las empresas pequeñas, recordó que “siempre sostuvimos desde CGERA que el empleo en negro está mal, pero lo más preocupante es que las empresas estén en negro en su totalidad, es decir, que están en la marginalidad total. Su producto también lo comercializan en negro, y esto es competencia desleal para aquellos que están en el mercado oficial”.
De modo que centró lo que hay que mejorar en las empresas en negro para después buscar alternativas. Se estaba estudiando la posibilidad de bonificar a sectores, sobre todo de mano intensiva, que se blanqueen.
“Desde que recuerdo, la economía en negro argentina está entre el 35% y 40%, y para nosotros no es una estadística, es una competencia desleal. Pasan los gobiernos y siempre se da el mismo número pero nunca se lo ataca”, enfatizó.
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El INDEC y el bolsillo del trabajador
Para Marcelo Fernández, “el INDEC tendría que tomar los alimentos esenciales, indumentaria y algunos productos más que son de la canasta básica y de la vida de la sociedad para saber cuánto es, realmente, la inflación y cuánto repercute en el bolsillo del trabajador”, dijo.
“La salud también debería estar, porque eso marca cómo es el costo de vida y qué tenemos que ajustar y qué no para que la Argentina sea competitiva, no por los salarios o los impuestos, sino porque realmente tenga productos competitivos”, agregó.
“Por sobre todas las cosas, deberíamos saber lo que son los productos esenciales para una familia tipo durante todo un mes y tomar eso.
Diagnóstico parquindustrialista
El presidente del Parque Industrial San Vicente, Roberto Sacristán, informó, en relación con los programas de capacitación y fomento, que en el complejo se lleva a cabo un trabajo conjunto con los municipios, los Ministerios de la Nación y provincia, con los que tenemos contacto frecuente, más con todo lo que tiene que ver con los nuevos programas: “Hacemos charlas informativas y reuniones en las cuales las empresas que están establecidas en el Parque se puedan interiorizar de las ventajas, y sobre todo en la forma de aplicar esos programas”, sostuvo Sacristán.
Puso de relieve que “el Parque Industrial no contrata directamente personal, sino que cada empresa hace la búsqueda y la selección”.
Pero al mismo tiempo, habilitaron un cuestionario unificado en la web. “Y si algún aspirante quiere consultarnos, lo recibimos, anotamos sus conocimientos, habilidades y capacidades para que cada empresa del Parque que necesite gente tenga un canal abierto para encontrar más rápido los perfiles buscados”, dijo.
Indicó que “ya hay dos empresas que están radicadas en el Parque que recurrieron al programa de Jóvenes Egresados y la intención es poder dotar a sus cuadros de jóvenes que tendrán su primer empleo”.
Reconquista
Por otra parte, el titular del Parque Industrial de Reconquista, Santa Fe, que nuclea a 23 empresas, incluidas la Universidad Tecnológica Nacional, al INTI, al Polo Tecnológico, Jorge Faccioli, sostuvo que “la mano de obra especializada que hoy se necesita tiene que ver con las nuevas inversiones que algunas de las empresas planifican realizar”.
Reconoce que la UTN es imprescindible como cantera, pero que para poder lograr este objetivo habrá que traer capacitación de afuera, más allá de las necesidades de créditos subsidiados para poder apalancar estas inversiones importantes y dar así lugar a que nuestro norte no sea un norte olvidado sino un resurgimiento de todo Santa Fe.
Distancia entre el Parque y los centros urbanos
Desde Cuyo, Luciano Fernández, presidente de Globe Track, empresa dedicada a la fabricación de indumentaria y calzado, radicada en el Parque Industrial de Pocito, San Juan, releva que “dado el rubro en el que estamos y la adaptación que hicimos durante la pandemia, no sufrimos pérdida de personal calificado, porque logramos trabajar en ese período; y si bien fue bastante difícil mantenernos, logramos que la gente no se nos fuera”.
Donde sí reconoce que les costó bastante fue al incorporar personal nuevo con alguna experiencia en otros rubros que abrieron después de la cuarentena.
Identificó el motivo más importante para tal dificultad en la distancia del Parque Industrial respecto de los centros urbanos y la carencia de un buen sistema de transporte en la zona.
Pero “también en que la gente está un poco reacia a ir a lugares de trabajo cerrados o con horarios fijos, porque se acostumbró mucho a estar trabajando o hacer cosas desde la casa”.