El gerente general del Polo Tecnológico Rosario, Guillermo Civetta, sostuvo al ser entrevistado por Lía Ghelfi y Alejandro Winokur que “hay Parques Industriales que hoy piensan en atraer y dar espacios en su interior a empresas de tecnología, a fin de relacionar a los grupos industriales con los tecnológicos”.
Según expuso en el programa radial Conexión Parques emitido en EcoMedios, se trata de “una necesidad que existe en todos los procesos industriales la de incorporar nueva tecnología, inteligencia artificial, robotizar, la internet de las cosas, y se va imponiendo”.
Acerca del caso rosarino, informó que “estamos gestionando un Parque Tecnológico en la zona sur, para que en ese espacio físico se radiquen empresas de tecnología. “Hoy contamos con 110 socios en total, pero en el Parque Tecnológico tenemos 30 empresas radicadas en dos naves y proyectamos construir una tercera, destinada a atraer más empresas de biotecnología”, se explayó.
Durante el reportaje, Civetta brindó detalles del programa para provincias y municipios que impulsa los nodos de la economía del conocimiento, el cual apunta, no sólo a promocionar la industria 4.0, sino a incorporar la tecnología digital, la digitalización, a la industria tradicional.
Asimismo, esclareció sobre la diferencia que hay entre clusters, polos y parques tecnológicos.
El diálogo completo que mantuvo con Conexión Parques fue el siguiente:
CP: ¿Qué es la economía del conocimiento? ¿Puede darnos ejemplos de una o dos empresas Pymes que hayan tenido éxito en la temática?
GC: -La economía del conocimiento es un sector de la economía que utiliza la información y el conocimiento justamente para transformarlos en valores, en productos y servicios de valor para la sociedad. Hoy Argentina tiene un sector muy importante, muy desarrollado, con gran potencial de crecimiento también. Y que va por empresas de software, de biotecnología, de telecomunicaciones, de ingeniería, de automatización industrial. Hay una diversidad de sectores tecnológicos y por supuesto, cuando se habla de economía del conocimiento, quizá es más abarcativa porque aparecen los servicios culturales, audiovisuales, los servicios profesionales. Hay todo un conglomerado muy importante de servicios que son exportables. Argentina tiene una capacidad en esto. De hecho, ya ocupamos el tercer lugar en exportación del país, después del complejo agroindustrial y el automotriz, y con un potencial de crecimiento muy importante. Se trata de un sector transversal a la economía, porque como todos sabemos, por ejemplo, el software en un sector y en el uso de la tecnología informática atraviesa a los sectores industriales tradicionales, a los servicios, al sector público.
Con la pandemia se ha impuesto mucho más esta tendencia que ya estaba, era persistente, pero se ha incrementado respecto a la importancia de la digitalización. También ha planteado algunos problemas respecto de la conectividad y algunas desigualdades que tenemos y hay que resolver. Pero en Rosario hay, en el Polo en particular, 110 empresas socias, en su mayoría Pymes. Por supuesto es muy heterogéneo el abanico porque hay también empresas muy, muy importantes e internacionales o nacionales que se han globalizado junto a emprendedores. Tenemos algunos casos muy emblemáticos: empresas por ejemplo de biotecnología que se iniciaron bien pequeñas pero que han logrado crear productos de valor y hoy están incursionando en el mercado global. Son los casos de Bioceres o Terragenes, que son dos empresas biotecnológicas que han desarrollado productos en relación. En el caso de Bioceres, con relaciones de investigación para desarrollar en esos institutos en particular un gen para hacer a los productos del campo más resistentes e intolerantes a la sequía. Y este acuerdo de inteligencia ha generado un emprendimiento empresarial que hoy tiene una visión global. Terragene es una empresa también local e iniciada por dos investigadores del Conicet, que pegaron el salto a ser emprendedores y lograron en una Pyme una empresa que hoy tiene 400 empleados y exporta a todo el mundo productos de esterilización o trabajando con moléculas con aplicación al campo.
CP: –¿Cuánto estimás que podría generar este sector para el país?
GC: –Y, hoy generan, según algunas estimaciones de 2019/2020, unos USD 6.000 millones anuales de exportación. Se trata de un sector que aporta divisas al país, pero de manera diferente a otros sectores productivos, ya que no consume divisas, porque no necesita demasiado insumo debido a que el eje central son el talento y la formación tecnológica y técnica que tienen las personas que forman parte de estas empresas. Su potencial es muy importante, también lo son las restricciones a nivel macroeconómico o justamente el talento. Lo vemos en Rosario, pero también sucede en todo el país, y a nivel mundial, que hay un déficit de generación en ese aspecto. Las empresas buscan permanentemente jóvenes programadores, talentos tecnológicos, que en gran medida, en muchas situaciones, no encuentran. Se da el caso de proyectos que no se pueden terminar o no se les puede dar respuesta por falta de ejecutores suficientes. En Rosario hacemos algunos relevamientos en el Polo mediante observatorio propio. Medimos anualmente cómo están las empresas, las problemáticas que tienen, y aparece muy nítido que no encuentran programadores senior o semisenior. Hay toda una vacancia ahí. Hacemos un esfuerzo de formación, tenemos un centro de capacitación propio, acuerdos con las universidades públicas y privadas que forman parte del Polo, como la Universidad Nacional de Rosario o la Tecnológica Nacional, para cursos o escuelas de programación. Recientemente la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Rosario lanzó una tecnicatura de inteligencia artificial, con muy buena convocatoria, estos son más de nicho.
CP: -¿Genera empleo en el interior?
GC: -Sumados, creo que supera los 400 mil puestos de trabajo registrado en todo el país.
CP: –¿Cuál es tu visión respecto del Programa Federal de $1.000 millones para financiar la creación de polos?
GC: -Es una iniciativa muy interesante, ya avanzó la nodos 1, ahora va por la 2. Hemos tomado parte de ella y del financiamiento porque tienen que ver con fortalecer las infraestructuras que ya tenemos, pero les falta algo en materia de equipamientos o en alguna cuestión edilicia, o en algunos servicios que tenemos que prestar al entramado productivo local que los requiere. En nuestro caso, ha sido un poco el foco: equiparnos mejor, por ejemplo tenemos entre el polo para jóvenes y emprendedores un taller Maker, donde hay robótica, electrónica, impresoras 3D, diseño y demás, que por un lado sirven para prototipación de proyectos destinados a emprendedores, pero también para prestar servicios a empresas que vienen al Polo y necesitan algún tipo de diseño de una pieza para un proceso industrial en particular. Estamos necesitando más capacidad para poder prototipar, ya que no hacemos producciones a escala. Lo mismo a nivel de formación o capacitación técnica, y también de un tema clave, como es la internacionalización de las empresas. Las empresas locales tienen fuertes capacidades para desarrollarlas a nivel global, de hecho muchas lo hacen por sí mismas, pero necesitamos que más empresas se piensen globales. Las tendencias hacia lo digital, hacia el trabajo remoto, eran preexistentes a la pandemia. Ahora se aceleraron y nos sucede a nosotros con el trabajo virtual, en gran medida, y también combinado con la presencialidad. Tenemos que encontrar una buena síntesis entre lo virtual y lo presencial, porque el contacto y el vínculo a nivel de creatividad respecto de la generación de proyectos, y también en las escuelas, no estuvo funcionando.
CP: -¿Cuáles son las diferencias entre Parques Tecnológicos, clusters, polos, nodos?
GC: -Formamos parte de dos redes. Una, que es del polo de clusters, donde se agrupan cámaras y empresas, fundamentalmente de software, coordinadas por CESSI, y otro de clusters que tienen más que ver exclusivamente con las empresas; hay otra red, la de los Parques Tecnológicos, de la cual también formamos parte, que son polos pero también funcionan como Parques. En un polo se congregan empresas, sector público, universidades, pero ese vínculo se puede desarrollar de manera virtual, no necesariamente dentro de un mismo espacio físico. Cuando además de eso se constituye como Parque Tecnológico, como nos sucede en Rosario, donde estamos gestionando un Parque Tecnológico en la zona sur, en ese espacio se radican empresas de tecnología en un mismo lugar físico. Hoy tenemos 110 socios en total, pero en el Parque Tecnológico tenemos 30 empresas radicadas en dos naves y proyectamos construir una tercera, destinada a atraer más empresas de biotecnología. La ventaja es que se aglomeran en un mismo lugar físico empresas, para que aprovechen la sinergia empresarial, el conocimiento mutuo, más la presencia de emprendedores o proyectos educativos que intentamos llevar, como se hace internacionalmente. La diferencia con un Polo, en el que están empresas, sector público, universidades, es que éste puede ser o no un Parque Tecnológico; un cluster son sólo empresas.
CP: -¿Cómo podrían las Pymes que están dentro de los Parques Industriales aprovechar las sinergias con la economía del conocimiento?
GC: -Estamos colaborando en Santa Fe con el Ministerio de Producción en el desarrollo de una plataforma en la que se puede registrar la industria de la provincia, esté o no en un Parque Industrial, a fin de definir un poco su situación y demanda tecnológica, para que, por otro lado, el Polo pueda dar respuesta a través de las empresas asociadas. Es una manera de poder conectar la oferta y demanda de tecnología en los procesos de transformación digital que necesita la provincia de Santa Fe. También existen casos en los que hay Parques Industriales que hoy piensan en atraer y dar espacios dentro de los mismos a empresas de tecnología, a fin de relacionar a los grupos industriales tecnológicos. Es una necesidad que todos los procesos industriales necesitan incorporar nueva tecnología, inteligencia artificial, robotizar, la internet de las cosas, y se va imponiendo. Es un proceso progresivo. La industria santafesina es muy heterogénea: hay empresas alimenticias, textiles, metalmecánicas, y cada Pyme tiene su realidad. Puede haber un robot en el layout productivo y que la información no esté integrada al sistema de administración y gestión. Requiere pensar de un modo integral cómo se gestiona una unidad productiva entre lo administrativo y lo productivo.